







Las alergias son trastornos del funcionamiento del sistema inmunitario por el cual el organismo combate determinadas sustancias que penetran en él mediante la producción de inmunoglobulinas, en vez de adaptarse a la presencia de esas sustancias (moléculas).
Esas inmunoglobulinas producidas se combinarán con las moléculas a combatir desencadenando una serie de reacciones que finalizan con el depósito de esos complejos en tejido corporal, normalmente la piel. Eso produce un eritema (=enrojecimiento), prurito (=picor) y un mal funcionamiento de la piel a ese nivel.
Como consecuencia el animal se rasca y sobre esa piel irritada y alterada proliferan microorganismos (bacterias, levaduras) y parásitos que producirán aún mas molestias. Si esa irritación se hace crónica (dura más de una o dos semanas) la piel se vuelve más gruesa, se pigmenta si era clara o pierde pigmento si era oscura, y produce grasa o exceso de descamación.
En definitiva si vuestra mascota es alérgica y según en que momento de la enfermedad comencemos a tratarlo hay que controlar también infecciones secundarias, trastornos de la queratinización (seborrea secundaria) y devolverle la elasticidad para que pueda volver a salir el pelo. Las alergias más habituales son a pólenes de árboles o gramíneas, a ácaros del polvo doméstico o del propio pienso, al alimento ingerido y a las pulgas.
El diagnóstico es muy sencillo siguiendo un protocolo estricto: control del 100% de las pulgas en el animal y su ambiente próximo, dieta hipoalergénica de diez semanas y finalmente si fuera necesario test serológico (con sangre) para determinar exactamente a que presenta alergia vuestra mascota.
El tratamiento siempre hay que adaptarlo al paciente y más en las alergias. No es lo mismo una alergia a una planta que podemos evitar, una alergia a picadura de pulgas que podemos eliminar, alergia a un polen que este presente en el ambiente 3 meses al año o alergia a los ácaros del polvo doméstico. En este último caso el picor se manifestaría a lo largo de todo el año por lo que podemos recurrir a la inmunoterapia, en otros casos podemos recurrir a la prednisona o a la ciclosporina siempre bajo control veterinario.
Inmunoterapia.
En casos de alergia a “algo” del ambiente (ATOPIA) y que se manifieste con picor a lo largo de todo el año podemos recurrir a la INMUNOTERAPIA. Para ello primero habremos realizado el test adecuado (intradérmico o serológico) en nuestra mascota. Una vez sabemos si es alérgico a los ácaros del polvo doméstico o a determinado polen de árbol o gramínea (o bien a los tres a la vez) podemos encargar unas “vacunas”.
Se trata de preparaciones inyectables con concentraciones crecientes de las substancias que dan picor a nuestra mascota (alergenos) semanalmente y según la pauta propuesta a largo plazo por vuestro veterinario dermatólogo se inyectarán esas dosis de forma que el perro deje de reaccionar con picor frente al alérgeno y se haga tolerante.
Este tratamiento funciona bien en alrededor de un 70 % de perros atópicos de más de 3 años de edad.